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Ya tiene usted el coche reforzado, pintado, electrificado y con gran parte de los componentes mecánicos instalados; ahora es el momento de pensar en el interior. Los asientos dependen de los gustos individuales pero siempre tendrán que estar firmemente anclados al piso, ser resistentes y cómodos, como es lógico, y con suficiente apoyo lateral para el cuerpo. El asiento no deberá tener ningún juego, por lo tanto suprima las guías de regulación longitudinal.

Si el copiloto encuentra incómoda su postura favorita de conducción, qué se le va a hacer, tendrá que resignarse. Los asientos deben llevar, como es natural, apoya cabezas, por razones de seguridad y de comodidad.

Ambos miembros del equipo deben llevar buenos arneses de seguridad, correctamente montados y ajustados; La mejor solución es que los cinturones del ames pasen por aberturas del asiento, en lugar de rodear éste.

El tipo de volante depende de los gustos personales pero teniendo en cuenta las estrictas normativas sobre seguridad, vigentes en toda Europa, lo mejor es buscar uno que sea seguro más que ornamental.
Demos gracias a Dios por la desaparición de aquellos volantes de madera que se transformaban en astillas en los accidentes. Desmonte el antirrobo de la columna en dirección pero vigile siempre el coche; Es frecuente que desaparezcan de los coches objetos o componentes, especialmente después de un accidente (la gente es así de macabra), si se les deja en el lugar del siniestro.

En el apartado de instrumentación, no hay necesidad de copiar ciegamente lo que hagan los coches de fábrica ni de equipar el coche como si fuera una cápsula espacial; esto supone un gasto y una perdida de tiempo innecesarios. ¿Cuándo tuvo usted su última avería en un indicador de serie? Lo más probable es que no haya tenido ninguna y no hay razón para suponer que fallen en condiciones de competición. Algunos coches de fábrica llevan indicadores grandes, de luz muy intensa, para el alternador y la presión de lubricación pero sus pilotos que a veces también son grandes, pero no de muchas luces, los tapan.

Si lleva un indicador luminoso de presión de aceite, asegúrese de que le avise antes de que el coche sufra daños, a un mínimo de unos 25 psi, por ejemplo.

El copiloto seguramente se sentirá más a gusto si tiene una barra sólida en la que apoyar los pies para poder apretarse contra el respaldo del asiento. No estaría de más colocar una caja pequeña justo delante del asiento del copiloto (es decir, debajo de sus piernas) donde guardar bombillas de repuesto, chocolatinas y cosas así. También puede dejarse ahí él «road book» y la hoja de ruta, aunque quizá sea mejor poner estos últimos en una sencilla bolsa en la puerta o sujetos con un clip o un elástico en el parasol. Si se le pone una cerradura a la caja, puede servir para guardar pasaportes y otros documentos. Para la comodidad del copiloto, también es conveniente que las superficies sean en lo posible negro mate, para evitar reflejos, y además debe disponer del dispositivo de medición de distancias/ tiempos que prefiera como Terratrip, Halda o Coralba.

Los progresos en este campo son tan rápidos como en el sector de la informática en general; pero recuerde que no es necesario llevar los últimos equipos incorporados a la lanzadera espacial, siempre que los elementos con que cuente sean lo bastante legibles y exactos para que el copiloto «dirija» al piloto.

Se ven en ocasiones a pilotos de monoplazas "tomándose medidas" para sus autos. eso también es aconsejable hacerlo en los coches de rally. El piloto debe meterse en el coche, ponerse el arnés y comprobar que llega sin problemas a todos los interruptores, pedales etc. en especial a la llave de contacto sin quitarse el arnés. Agrupe los mandos auxiliares en grupos de no más de tres para poder encontrar cada uno con facilidad. Para mejorar la comodidad del equipo, compruebe que funcionen correctamente los sistemas de calefacción y desempañado de los cristales. Aunque en la actualidad son raras las etapas nocturnas en los rallies (los pobres muchachos tienen que dormir a gusto), conviene montar las mejores luces que se puedan encontrar que permita el reglamento; procure que las luces auxiliares puedan desmontasen con facilidad, para poder quitarlas y llevarlas en el vehiculo de asistencia cuando no son necesarias, con el fin de ahorrar peso.

Cualesquiera que sean las normas, aténgase en lo posible a lo que usen los expertos y asegúrese de que los faros auxiliares que lleve estén montado de acuerdo a los requisitos legales. Use cables de las dimensiones apropiadas para la instalación e instales reles en los circuitos para compensar la carga de trabajo de estos. Los soportes de las luces auxiliares tienen que ser sólidos; los faros que van dando saltos en cada bache distraen al piloto.

Y no coloque en el coche una iluminación de verbena sin el alternador apropiado.
Si cambia el alternador por uno más grande, monte también una correa de dimensiones suficientes para moverlo; es preferible llevar dos poleas iguales y doble correa. Las correas de alternador deben «rodarse» unos kilómetros para que den de sí y luego volverlas a tensar. Monte también una correa de repuesto y fíjela en algún punto del compartimiento motor de forma que quede ya «enhebrada» sobre las poleas de acceso más difícil.

Compruebe el cable de aceleración; son muchos los coches que terminan etapas con el copiloto bajo el capo tirando del cable en postura muy poco digna y muy incómoda, especialmente si se les rompen los pantalones.

Coloque un tope bajo el pedal del acelerador para no poder pasarlo del límite del cable y evitar excesivos esfuerzos a las boquillas de éste. Pero cuidado: compruebe que el pedal no pueda quedar sujeto por el tope; es algo que sucede con frecuencia (demasiada). Hay que cambiar los cables de acelerador con regularidad y llevar siempre dos de repuesto, como mínimo, uno de ellos fijado en algún punto del interior del compartimiento del motor. Y no los estire demasiado; recuerde que la forma más barata de poner a punto un coche es asegurarse de que se pueda accionar el acelerador al máximo.

Al tiempo que se efectúan todas estas operaciones en los alrededores y debajo del capó, se puede aprovechar para montarle cierres de seguridad que impidan que se abra en el momento menos conveniente.

Cuando pase a la trasera del coche, dedique especial atención a la limpieza y el orden. Si coloca allí la batería, compruebe que quede firmemente sujeta (igual que si la monta bajo el capó. Su bandeja de soporte debe ir atornillada a la carrocería, no-soldada. Una pesada rueda de repuesto que se suelta puede causar muchos daños en el maletero; asegúrese de que esté sólidamente sujeta pero también de que sea fácil de extraer con rapidez. Para ello, se puede soldar un segmento de tubo a una placa cuadrada y atornillar ésta al piso del maletero; la rueda de repuesto se coloca sobre el tubo introduciendo éste por su abertura central y se fija con pulpos de goma. Deje una llave puesta en la cerradura de la tapa del portamaletas y sujétela con alambre para no tener que andar buscándola cuando tenga un pinchazo.

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